Cripto-Youtubers: La falta de credibilidad patrocina su caída

Eduardo Naudin, Digital Client Executive en OmnicomPRGroup analiza la situación actual de los creadores de contenido relacionado con las criptomonedas.

El número de views de muchos criptobros ha caído en paralelo con el precio del Bitcoin, tendencia por séptima vez en Twitter después de tocar su precio mínimo desde 2020: 17.000 dólares (y bajando).

“Hazte millonario con MARICOIN, la criptomoneda gay”; “Cómo ganar 200 euros al día en criptomoneda 😱”; “DefPace podría hacer un X100 por este motivo”; son algunos de los titulares que una nueva generación de youtubers utilizaba hace unos meses para captar la atención de crypto-entusiastas de todas las edades. Hoy, ninguna de las criptomonedas mencionadas existe, y por supuesto no queda ni rastro de ese entusiasmo: los emojis de los cohetes 🚀 se han convertido en caritas tristes 😭; las exclamaciones en interrogaciones y el número de views ha caído en paralelo con el precio del Bitcoin, que acaba de tocar un mínimo desde 2020: 17.000 dólares (y bajando).

Por eso, nuestro “vil” metal digital favorito lleva una semana siendo tendencia en Twitter. Por eso, y porque ha caído una criptomoneda descomunal (otra más) que valía 32.000 millones de euros hace solo once meses. Ahora vale 0.

No voy a entrar a valorar las múltiples (y aburridísimas) causas de la caída del bitcoin -no soy economista, ni falta que hace-, pero sí creo que es bueno reflexionar sobre la caída de un fenómeno comunicativo que hace 3 años apenas existía, y que hoy inunda, agonizante, buena parte de la información financiera que consume la generación z en YouTube; me refiero a los criptobros.

A diferencia del Bitcoin, el valor REAL de un cripto-youtuber (o de cualquier persona que se dedique a la comunicación) se basa en una única variable: la credibilidad. Si creas contenido divulgativo, tienes que ser creíble. Si das pistas de por donde crees que va a ir el mercado, tienes que ser creíble. Si estás jugando con las expectativas (y la pasta) de tu comunidad, tienes que ser especialmente creíble. Y si no lo eres, estás muerto.

Da igual que las miniaturas de tus vídeos tengan un diseño súper clickbaitero, que tu habitación luzca increíble con tus nuevos neones fucsias o que hayas petado las paredes de tu casa con frases tipo “Nunca dejes de soñar”, firmadas por Churchill, o Aristóteles, o Fernando Alonso (qué más da: tiburones atemporales). Todo eso no importa si has perdido tu mayor tesoro como comunicador.

Y, por supuesto, todos podemos equivocarnos alguna vez. El problema es cuando te equivocas sistemáticamente, durante meses, construyendo un hype artificial que al final redunda en más dinero para tu canal. Dicho esto, no creo que haya una intención generalizada de engañar al personal, sino que ellos mismos son víctimas de sus torpes e irreflexivas recomendaciones de inversión. Sin más. No sucede lo mismo cuando hablamos de sectas vinculadas al mundo cripto. Ahí sí hay una evidente intención de exprimir como limones a los pobres infelices que ven a su gurú en un lambo, como el que ve a la Virgen en un descampado de Soria a las 4 de la mañana.

Pero siendo justos, no todos caben en el mismo saco. Gente como Javier Sanz o Marc Nieto, traders profesional, son algunas de las excepciones que confirma la regla. En todo caso, he de decir que yo creo en el Mercado Cripto; ahora bien, a largo plazo y como el que cree en Dios pero desconfía de muchos de estos nuevos tele-predicadores que nos venden el cielo -o the moon– a cambio de cuatro monedas. No tienen malicia, simplemente se equivocan. Como digo, ellos son los primeros damnificados de sus recomendaciones de inversión. No hay más que verlos.