Kanye, amigo, esta performance la has llevado muy lejos

Analizamos de la mano de Rocío Lerma, Digital Specialist en OmnicomPRGroup uno de los casos de crisis de reputación más sonados recientemente: Kanye West vs. Adidas.

En primer lugar, disculpadme por el titular. Está enfocado desde el prisma inocente de que Kanye West es un genio. Malvado, pero genio y tenía una estrategia detrás. Mi hipótesis hace, tan solo, unos días era que el rapero quería hacer un tributo a su canción Runaway (2010) y el colofón sería hacer un brindis por toda esa gente que había hecho suyo su discurso. La fe es lo último que se pierde.

Sus recientes declaraciones no dejaban lugar a dudas. Simple y llanamente se trataba de un nuevo brote de egocentrismo desmedido lleno de mensajes peligrosos e incendiaros que no afectaban solo a su reputación, sino que ponía en el disparadero a las marcas y organismos con las que colaboraba. Seguramente a Taylor se le escaparía un “te lo dije”.

En su última aparición pública a lo bonzo, ponía entre la espada y la pared, más si cabe, a su único compañero de cartas que seguía con vida: Adidas.

Kanye se marcaba un órdago, con el ya famoso, Adidas can’t drop me ante la mirada atónita de aquellos espectadores horrorizados o aquellos sedientos de más carnaza. Pero, sobre todo, se dirigía a la marca, con la que se presupone que le debía cierto honor, dejando claro que el volumen de negocio que manejaban justificaría cualquiera de sus actos.

Con este panorama, las redes sociales se llenaban de mensajes hacia Adidas afeándoles su silencio, sobrevolando la idea de que sus beneficios anuales con YEEZY – colaboración entre la marca deportiva y Kanye West – importasen más que ir en contra de sus más de setenta años de historia y sus valores enraizados en la diversidad, igualdad e inclusión.

Aunque no pasaron ni 24 horas desde que Adidas se pronunció y rompió el acuerdo con el excéntrico rapero: el tiempo corrió en su contra. El valor en bolsa de la empresa alemana no ha parado de caer, experimentado una cotización con tendencia descendente, sin ningún signo de mejora desde que, finalmente, tomaran esta drástica decisión. Y, por otra parte, la ganancia positiva de seguidores que acostumbraban las redes sociales de YEEZY han sufrido una deceleración del 210,7% en el último mes.

Es curioso que la empresa que presume de Impossible is Nothing” haya vivido en sus propias carnes como “el imposible”, a veces, es más probable y cercano de lo que parece. Y como el que era uno de sus mejores socios comerciales le haya propiciado su golpe de gracia, sumiéndole en una de las mayores crisis de comunicación de los últimos años.

Solo nos queda esperar y comprobar si es cierto que “el tiempo hace el olvido” y los compradores de Adidas perdonan y vuelven a confiar en sus valores y Adidas qué acciones de marketing lleva a cabo para recuperar la credibilidad perdida.

Mientras tanto, yo solo pido que “Make Kanye 2006 again”.