Hacerse viral en 2024 es cuestión de… ¿suerte?, ¿algoritmos?, ¿o de planificar una campaña brillante haciendo creer a tu público lo que no es?
La pregunta quizá debamos hacérsela a ciertas marcas e influencers… pero vayamos por partes.
Hace apenas una semana, la Gran Vía de Madrid despertaba con una triste noticia, las galletas Oreo se despedían de España. Le acompañaban en el sentimiento otras muchas ciudades con lonas gigantes en el centro de la ciudad como Valencia, Barcelona o Sevilla. Nadie se lo podía creer… pero ¿era auténtico, o una estrategia de marketing?
Todos los que estamos en el sector, sabemos que es, más bien, lo segundo. El tipo de campaña y una coletilla empleada en el subclaim es reveladora, y nos hace sospechar que lo que se viene es un rebranding o una nueva versión de la galleta de cacao más famosa del mundo.
Pero entonces… ¿Es esta la clave para viralizar nuestra campaña? A los hechos me remito, una frase llamativa y que confunde al espectador, es suficiente para que todo lo demás, venga solo.
¿El PR en medios? ¿El Marketing de Influencia? Todo ha llegado solo. No hay creador de contenido que no se haya hecho eco de la noticia en sus Redes Sociales. Una estrategia 360º uniendo esfuerzos en uno solo: Un claim potente, Street Marketing, y seguro alguna que otra mente privilegiada detrás de la campaña.
Y ya que hemos entrado en el terreno pantanoso del Influencer Marketing… ¿Creéis que se quedan atrás en esto del “pseudo-engaño”? Va a ser que no.
Level, compañía aérea con base en Barcelona, supo aprovechar el tirón de la ruptura de Laura Escanes con Risto Mejide haciendo creer a la audiencia de la influencer que había retocado su tatuaje “Mía” (el cual hace referencia a un texto que el presentador de televisión escribió a su exmujer) convirtiéndolo en “Miami”. Pues así estuvimos varios días, con el revuelo mediático a los pies de Escanes, hasta que BOOM! sale a la luz que todo formaba parte de una campaña para que la aerolínea anunciase su nueva ruta Barcelona-Miami. Brillante.
Algo más polémico fue el caso de Abril Cols. A finales de este verano las Redes Sociales ardían y el público se le echaba encima a raíz de unas declaraciones que la influencer daba en su Tiktok afirmando que este año su verano había sido horrible porque “solo” había viajado unos días a Ibiza. El feedback más suave que recibió, fue el de aquellos que le llamaron desagradecida.
(Confieso: esta sí me la comí con patatas).
Y como yo, miles de personas, e incluso algunas de sus compañeras de trabajo que se mojaron de lleno, y que unos días después tuvieron que redimirse cuando salió a la luz que todo formaba parte de una campaña para promocionar experiencias y viajes. Eso sí, en esta ocasión a la influencer le costó algunos cientos de miles de seguidores.
¿Qué será lo siguiente? ¿Irán las marcas afinando el tiro para pseudo-engañar cada vez a más gente y viralizar sus campañas? ¿O derivará en “lo poco gusta y lo mucho cansa” cazando las trampas desde el minuto uno? ¿Si nos conectamos más y mejor desde la autenticidad, o desde el pseudo-engaño?
¡Seguiremos informando!