Ineludible, del inglés unskippable

Javier Arrivas, Client Advisor, ilustra a través de una divertida historia lo que supone la incorporación de pausas publicitarias que detienen el scroll en Instagram.

Foto de Javier Arribas

Me apetece pasear por el barrio y ver qué se cuece. No tengo prisa alguna, porque la temporada de futbol ya ha terminado, como todas las temporadas de series que llevo viendo desde el invierno. Así que cojo el ascensor y le doy al cero.

Solo he avanzado una planta y se me ha colado Doña Hortensia.

Oye, me han dicho que tu compi de piso se casa, ¿ya tiene wedding planner? Espera, que te enseño lo que hace mi hija, que tiene hasta página wed. Ya sabes, wed, de wedding. ¿A que es ingeniosa? ¿O se dice siempre así? En fin, mira, mira por qué poquito monta un sarao…

Seguimos bajando, navegando entre fotos de stock, deformadas al intentar hacerlas más grandes, acompañadas de tipografías variadas y en mil tamaños diferentes, mordiendo fondos de colores a cada cuál más estridente.

¿Cómo se ha enterado? ¿Lo sabía yo? Mira que soy reservado y que esta ciudad es grande… Andrés, que se acaba de subir en el séptimo, no puede evitar meterse en la conversación al ver la expresión de mi rostro.

Hijo, si vives en una comunidad no te queda otra que socializar.

Pero yo sé que no se trata de socializar, es que Hortensia tiene un oído prodigioso… (Pese a lo chapas que son, en el fondo espero no coger manía a los vecinos. Hasta ahora, formábamos una buena comunidad).

Te digo una cosa –continúa Andrés- Hoy porque los peques están perezosos, pero voy a dejar de utilizar el ascensor. Últimamente funciona de pena.

Según dice esto, el ascensor se cuelga con Hortensia, Andrés, sus dos perritos y yo.

¿Tú tienes mascotas? -prosigue- Por un poco de atención, te dan tol’ cariño del mundo. Te lo comento porque se ha acabado el fútbol y tu compi de piso se casa y vas a vivir solo.

En ese momento, Curro (de los dos perros, es el que tiene un cigarro en la boca) me suelta un guau. Como no le hago caso, insiste y dice: “que digo que guau”.

Continúa con un speech de lo más científico y convincente, remarcando que, a nivel psicológico, en el córtex prefrontal, las mejoras observadas en humanos con mascotas versus humanos sin ellas son abismales e incluso están avaladas por estudios contrastados de la Universidad de Alicante. Allí tienen incluso un máster exitoso que puedo cursar, si no me lo creo.

Yo, ansioso, comienzo a pulsar el cero compulsivamente, pero el otro chucho me advierte que de nada servirá hasta que el otro no acabe de hablar. Pese a mi descontento, analizo la situación y pienso que, si te van a contar una historia y no te quedan más narices que tragártela, se agradece que al menos te la cuenten bien, como Curro.

Seguimos bajando y al grito de “¡ah del barco!”, Genaro el del primero, marino de profesión, hace su entrada en el ascensor. Hoy va vestido de pirata y en lugar del típico loro, tiene una lámpara Markfrost de Ikea sobre su hombro. Le pido poner un poco de cordura al menos indicado y comprobar de paso si estaba viendo lo mismo que yo.

Oh, grumetillo, -me dice- cuán necesario es contar en alta mar, en el océano infinito, con un consejo honesto de vez en cuando. ¡Y digo más! Si crees que la vida es gratis, harto equivocado te hayas. Disfruta de la travesía, pero también aprovecha la mar en calma, pues incluso sin prestar atención al timón, las aguas pueden llevarte a buen puerto.

¿Siempre? – le pregunto-

Bueno, siempre, siempre… no, pero como decía nuestro capitán: “Las pausas publicitarias son una nueva forma de ver anuncios en Instagram. A veces es posible que necesites ver un anuncio antes de poder seguir navegando”.

En ocasiones sueño que no avanzo. ¿Te ha pasado? ¿Ibas en realidad a alguna parte? Si no fuera por el cambio de formato, ¿sabrías diferenciar una publicación publicitaria de una que no lo es? ¿Are you sure? ¿Acaso no estamos consumiendo publicidad al menos en el 70% de los posts que vemos? ¿Has soñado alguna vez con un perro fumando?