Más allá de la nostalgia millennial: un fenómeno generacional.

Llevamos años viendo como las modas son cíclicas. Todo vuelve tarde o temprano. Sin embargo, en la era digital, esta tendencia se ha intensificado gracias a las redes sociales, y los millennials han sido grandes impulsores de cierta nostalgia colectiva. Ejemplo de ello es el fenómeno en Instagram de cuentas dedicadas a rememorar los años 2000, con comunidades de más de 800K seguidores que comparten recuerdos de Messenger, Tuenti, series icónicas, música e incluso anuncios de la época. Este fervor nostálgico ha llegado incluso a materializarse en eventos como el Nostalgia Millennial Fest, un festival con música de los 2000 que, año tras año, agota sus entradas.

Por otro lado, la Generación Z experimenta la nostalgia de una forma más acelerada y efímera. En lugar de mirar 10 o 15 años atrás, suelen sentir añoranza por tendencias de hace solo 2 o 3 años. Para ellos, el 2016 ya es “vintage“, los filtros de Instagram de 2014 se sienten como una época dorada y la moda de los 2000 o los 90 se ha convertido en una estética aspiracional, debido a que muchos no la vivieron en su contexto original. Esto se refleja en la obsesión por las cámaras digitales o los estilos de edición retro, que hoy resurgen en TikTok y otras plataformas.

Este contexto puede explicar el reciente resurgimiento de YouTube, una plataforma que muchos influencers abandonaron en favor de redes más inmediatas como TikTok o Instagram. Como ya adelantó mi compañera Rocío Lerma hace unos meses en su observatorio, esta tendencia no ha hecho más que crecer. Hoy en día, vemos cómo se recuperan formatos icónicos como Uy Sims, con los que generaciones enteras crecieron. En este renacer de YouTube, los millennials vuelven como creadores, y la Gen Z se une para conectar de un modo más auténtico con su audiencia. Aquí surge la gran pregunta: ¿durará la Generación Z en YouTube? Una de las principales razones por las que los creadores migraron a otras redes fue la necesidad de producir contenido más corto y dinámico. Para sobrevivir en YouTube, se requieren habilidades específicas como edición, storytelling y creatividad para desarrollar vídeos largos, habilidades que no todos los nuevos creadores han desarrollado al nacer en plataformas más inmediatas. Otro tema, sobre el que la creadora y publicista Hazme una foto así, teorizaba recientemente, es la posibilidad de monetización que ofrece YouTube a los creadores. ¿Les merecerá la pena el esfuerzo? Eso, por no hablar de la atención requerida por parte de su comunidad para pasar de consumir contenido rápido a vlogs que en algunos casos pueden llegar a superar la media hora de duración.

Así que el futuro de YouTube en manos de la Gen Z es incierto. ¿Se adaptarán o será solo una fase pasajera dentro del ciclo de la nostalgia digital?

Firmado por: Eva Baena.