MÁS SALUD MENTAL
El Día Mundial de la Salud Mental, conmemorado el 10 de octubre, nos recuerda la importancia de cuidar el bienestar emocional. En OmnicomPrGroup, consideramos que este compromiso debe ir más allá de una fecha concreta. Por ello, en el #ObservatorioDigitalOmnicomPr de hoy, nuestra compañera Mónica León Ortiz , directora digital, nos invita a reflexionar sobre la importancia que tienen las empresas en asumir un rol activo, generando impacto positivo a través de contenidos y estrategias sostenibles en el tiempo como parte de su propósito y cultura.
El pasado 10 de octubre, Día Mundial de la Salud Mental, se habló nuevamente sobre la influencia de las redes sociales en nuestro bienestar psicológico. Sin embargo, este es un tema que va más allá de un día al año. Para quienes trabajamos en agencias de comunicación y marcas, este tema trasciende lo personal: es una cuestión ética y social.
La evidencia científica reciente sigue dejando claro que el ecosistema digital puede ser tanto un aliado como un riesgo para la salud mental. Un estudio publicado en mayo de 2025 por Nature Human Behaviour, señala que el uso intensivo de redes sociales, especialmente cuando fomenta la comparación social, está correlacionado con mayores niveles de ansiedad y síntomas depresivos. Por otra parte, desde universidades como Harvard, se advierte que no solo importa el tiempo de uso, sino la calidad de las interacciones: experiencias negativas, polarización o ciberacoso, tienen un impacto mucho más profundo que la simple cantidad de horas conectados, pese a que estas [BM1] crezcan frente a las horas conectados, en persona, con quienes nos rodean.
Para marcas y agencias, esto implica una doble responsabilidad. Por un lado, debemos diseñar estrategias de comunicación que eviten la presión social, la sobreexposición y los mensajes tóxicos, así como la representación de diferentes colectivos que no se sientan excluidos, forzados a buscar su hueco en una sociedad que sienten que les excluye también a nivel publicitario. Por otro, tenemos la oportunidad de liderar el cambio: promover narrativas auténticas, empáticas y saludables, así como generar espacios digitales donde la conversación y el bienestar sean una prioridad.
La Organización Mundial de la Salud subraya la importancia de las campañas de sensibilización, la moderación activa de comunidades y el impulso de contenidos positivos. Como profesionales, estamos en una posición privilegiada para ser parte de la solución.
Este es un recordatorio de que, más allá de los días escogidos para hablar de un mismo tema, más allá de métricas y tendencias, nuestras decisiones de comunicación tienen capacidad de impacto en la vida real. Considerar la relevancia de la salud mental es apostar por una sociedad —y un entorno digital— más sostenible y humano.
En este contexto, surgen situaciones que nos ayudan a entender cómo el contenido que consumimos en redes es capaz de alterar nuestra percepción de la realidad, generando necesidades y complejos que evolucionan en comportamientos dignos de preocupación. Un ejemplo es el fenómeno de las llamadas “Sephora Kids”, niñas y preadolescentes que, influenciadas por creadoras de contenido y campañas en redes sociales, adoptan rutinas de belleza y consumo propias de adultos, llegando a generarse problemas dermatológicos, como acné, asociados al uso de cosméticos que sus pieles jóvenes no necesitan.
Esta tendencia, más allá del debate generado en medios y foros especializados, ya ha desembocado en medidas para restringir el acceso de menores de 15 años a cremas antiarrugas, como es el caso de Suecia. Un ejemplo que pone en relieve la necesidad de crear campañas más responsables y sensibles al impacto que pueden tener en audiencias jóvenes y vulnerables.
Como comunicadores, tenemos el reto —y la oportunidad— de anticipar y responder a estos cambios, promoviendo estrategias y contenidos que velen por la importancia de la salud mental de todas las generaciones. El 10 de octubre, hoy, mañana y el resto del año.
Firmado por: Mónica León Ortiz