Premios Ídolo 2022
Analizamos la primera edición de los Premios Ídolo, los primeros galardones que ponen foco en los mejores creadores de contenido, junto a Susana Jiménez, experta en Marketing de Influencia en OmnicomPRGroup.
El pasado jueves tuvo lugar la primera edición de los Premios Ídolo, que se definen según sus propios organizadores como los primeros galardones que han nacido con el objetivo de premiar a los mejores creadores de contenido.
Lo cierto es que sí que ha habido un antecesor en reconocer este talento, los premios ESLAND (celebrados el pasado mes de enero con TheGrefg como maestro de ceremonias). La mayor diferencia entre ambos galardones es que los Ídolo se centran en influencers a nivel nacional y ESLAND en perfiles de España, Latinoamérica y Andorra. Además, los ESLAND se enfocan en el mundo streamer, mientras que los Ídolo ampliaban las categorías y las plataformas.
Teniendo en cuenta que es una industria tan vapuleada por gran parte de la sociedad y la crítica, pero que en definitiva son seguidos por millones de personas, tiene sentido darles, ya no tanto la visibilidad que según ellos les falta, sino el reconocimiento que les pertenece por derecho propio.
A priori el punto de partida es correcto. Es cierto que es una industria que no cuenta con todo el prestigio merecido, a pesar de ser cada vez mayor y dar trabajo a centenares de personas. Ahora bien, que una influencer (y su propia agencia de representación), estén detrás de estos premios, cuanto menos puede hacer sospechar, al sector más crítico, que parte de ese mérito se lo quieran atribuir a ellos mismos. Es cierto que Dulceida fue de las primeras en abrir el camino de la influencia en nuestro país (o al menos de las primeras que consiguieron triunfar). También es cierto que cuenta con multitud de contactos y amigos en el sector, avalando su dilatada experiencia, lo cual le ha ayudado a poder dotar de mayor sonoridad a su evento. Pero es curioso también ver cómo se han quedado fuera algunos perfiles, sin atender a razones cuantitativas y/o cualitativas, creando así un verdadero cataclismo entre los que no posaron por la alfombra roja. Algunos de ellos, mostraron públicamente su malestar como es el caso de Natalia Osona, quien subió unos stories explicando a sus fans que estaban tan alertados de no verla allí, que su ausencia se debía a que no había recibido invitación alguna.
Los premiados
Entre los premiados hubo algunos que estaban “cantados” como Ibai Llanos (streamer del año), Inés Hernand (Conciencia social) o Estirando el chicle (mejor podcast). Otros más reñidos como el de Laura Escanes a mejor perfil Lifestyle, categoría en la que competía con María Pombo, quien no se fue de la gala con las manos vacías ya que le hacían entrega del premio “Ídolo del año”.
El sistema de elección de los ganadores contó con un jurado profesional (compuesto por medios, marcas, plataformas y agencias de representación), lo que les valió las críticas tanto de parte de la audiencia como de algunos influencers, acusándoles de falta de transparencia o de tirar de amiguismo.
Y si no pudiste ver la gala, te dejamos por aquí un resumen: ceremonia con su alfombra roja (¡faltaría más!), sus looks de vértigo (que se note que tenemos amigos diseñadores), y retransmisión en todas las plataformas posibles (dándole protagonismo a la última en llegar: Twitch).
En definitiva, una excusa estupenda para los influencers para juntarse, regalarse besos y abrazos, y disfrutar de la fiesta de después en la que no podían faltar los amigos DJ.