Hoy era viernes, hasta que abrí Twitter

Y es que ese primer scroll de la mañana, ese sorbo de café mientras piensas “venga, el último madrugón de la semana”, es especialmente amargo, igual que lo fue el pasado viernes. 

Hoy queremos reflexionar sobre las redes sociales, en concreto sobre Twitter, de una forma ligeramente diferente. Y nuestra intención no es estropearos este viernes tan merecido, sino animaros a reflexionar sobre lo que estamos viendo. Sobre este “ejercicio” que plantea el reportero Alberto Sicilia (@principiamarsupia) en Twitter:

Y es que en los últimos días la innovación en redes sociales, eventos como el Mobile World Congress, las diferentes semanas de la moda, etc, han seguido su curso, pero hoy no nos apetece hablar de innovación. Nos apetece resaltar cómo redes como Twitter son hoy la clave para informarnos (y desinformarnos, ojo) sobre conflictos como el de Ucrania. Estamos, seguramente, ante la guerra más documentada hasta la fecha gracias, entre otras cosas, a las redes sociales.  

Y sí, puede ser injusta la importancia que se da a esta guerra frente a conflictos recientes que también desembocaron en crisis y en miles de refugiados que necesitaban ayuda internacional independientemente de su procedencia, su religión o su color de piel. Pero las redes sociales han tenido sitio para todos estos conflictos, incluso cuando no abrían los telediarios igual que ahora que, sintiendo la amenaza mucho más cercana, si lo hacen.   

No todos debemos opinar sobre todo, ni utilizar las redes para volvernos analistas políticos de un día para otro. Lo correcto no es subir un story con la bandera de Ucrania, un cuadrado negro contra el racismo o compartir imágenes sobre las mujeres que quedan desprotegidas ante el régimen talibán. Pero, ¿qué es lo correcto? Quizás lo que para algunos implica mojarse y dar visibilidad a un conflicto como el actual, para otros es preferible el silencio, la información frente a la opinión. Siendo algo totalmente relativo, es innegable el poder de las redes en guerras que se convierten, a su vez, en guerras de comunicación.   

Y vemos la guerra de comunicación cuando las imágenes de la mesa kilométrica de Putin se contraponen con la cercanía que Zelenski trata de mostrar con su gobierno y su pueblo. Vemos la guerra de comunicación cuando, por sorpresa, el algoritmo de TikTok decide mostrarnos controvertidos vídeos de Russia Today. Vemos la guerra de comunicación cuando se bombardea la torre de televisión en Kiev y cuando las redes sociales se convierten en Rusia en un flanco más a controlar de cara a limitar la libertad de expresión.  

Por eso, hoy aprovechamos nuestro observatorio digital para animaros a usar las redes de la forma que consideréis correcta, porque tenemos esa libertad. Para animaros a buscar las diferentes iniciativas que las redes pueden ayudar a difundir: donaciones de ropa, artículos de higiene, colaboración con ONG’s como World Central Kitchen. A veces aportar nuestro granito es tan sencillo como usar Bizum para apoyar a muchos proyectos que actualmente se están volcando en ofrecer ayuda a Ucrania.

Y, esta semana, no vamos a compartir las últimas funcionalidades de Instagram, Twitter ni TikTok, pero si que vamos a aprovechar este espacio para dar voz a grandes periodistas que, desde redes como Twitter, podéis seguir para buscar la información entre la desinformación. 

Hoy para ellos no será tan viernes como debería, pero vivamos el nuestro siendo conscientes de la dureza de los acontecimientos, de la libertad que debemos defender también a la hora de informarnos y del uso responsable y, por qué no decirlo, maravilloso, que podemos hacer de las redes sociales a la hora de entender y ayudar respecto a lo que sucede en el mundo:

Además, compartimos este interesante hilo que recopila cuentas de diferentes fotoperiodistas actualmente cubriendo el conflicto en Ucrania.