Google News vuelve 7 años después
La gran sorpresa de la semana es, sin duda, la vuelta de Google News después de 7 años. Puedes leer aquí la noticia completa
Eduardo Naudín, Client Executive en OmnicomPRgroup, comparte con nosotros una reflexión sobre esta noticia.
Google News vuelve a España después de 7 años cerrado gracias a la `Ley Iceta´; y, aparentemente, esto es una gran noticia para todos. Las empresas informativas podrán negociar de manera independiente con el gigante tecnológico una remuneración por la difusión de sus contenidos; agencias como la nuestra volverán a tener una herramienta de trabajo tremendamente útil; y los usuarios estarán más protegidos -o eso dicen- de la desinformación y las fake news. Todo genial.
Además, con Google News llega Showcase, la puerta de acceso a contenidos periodísticos de los principales medios de nuestro país, seleccionados previamente por el gigante de Silicon Valley. Esta plataforma pretende nutrirse de las noticias que considere `aptas´ para construir una suerte de periódico único, global y todopoderoso.
El debate, en esta ocasión, no debería orbitar sobre las consecuencias de las fake news, sino más bien sobre el origen de las true news; es decir, ¿cuáles son los parámetros de estas entidades supranacionales que determinan lo que es relevante y lo que no? ¿Quedarán fuera medios con discursos alternativos? ¿Quién verifica a los verificadores? Pienso en Facebook aliándose con Cambridge Analytica para reventar las elecciones estadounidenses de 2014; en el algoritmo supuestamente aleatorio y meritocrático de TikTok que, curiosamente, no deja ni rastro de crítica al siniestro y orwelliano gobierno chino; o en los miles de escándalos de vulneración de datos entre prácticamente todas las grandes tecnológicas dedicadas a la comunicación de masas. Así que OK, está muy bien que Google News haya vuelto a España -de hecho, es preferible que exista, a que no- pero hemos de tener bien presente el riesgo de asumir un modelo -el de la economía de plataformas- que aspira a la concentración absoluta de la información que consumimos (y a veces producimos) a diario.