Adiós, redes sociales

Erika González, Digital Consultant en OmnicomPRgroup, comparte con nosotros una reflexión sobre una de las noticias más comentadas esta semana en el ámbito de las redes sociales: el anuncio de la marca Lush de abandonar algunas de ellas.

El día de hoy va a suponer un antes y un después para la marca de cósmetica Lush, al menos en lo que a su estrategia de redes sociales se refiere.

Hoy cierran sus perfiles de Instagram, Tik Tok, WhatsApp, Facebook y SnapChat. ¿El motivo? Proteger la salud mental de sus clientes al considerar a estas redes sociales como “sitios oscuros y peligrosos”. ¿Los supervivientes? Solo dos, su canal de Youtube y su perfil en Twitter “donde no es necesario hacer clic en me gusta, suscribirse o recibir notificaciones”.

Bajo el claim “Un lugar mejor”, la marca explica su postura y promete encontrar “nuevas formas de conectar con las personas” en mejores y más seguros canales de comunicación. Un “Back to basics” en toda regla. Estrategia y táctica alineados bajo el objetivo de cuidar a las personas fomentando momentos de desconexión. Sin plásticos. Sin envolturas. Ahora también sin (casi) redes sociales.

¿Volverán? La marca lo tiene claro, estarán fuera “hasta que estas plataformas puedan ser un entorno seguro para quienes las utilizan”. Y yo me pregunto ¿podrán mantenerse fuera de las principales redes sociales? ¿Sus clientes valorarán esta acción cuando pasen los titulares? Sobre el papel la acción es perfecta y encaja con el propósito de la marca. En la realidad, una marca fuera de las principales debería preocuparse por buscar otros canales igual de efectivos para la comunicación y venta como lo son hoy en día las redes. Por dar algún dato, para más del 45% de usuarios las redes influyen en su decisión de compra y para el 29% las marcas con perfiles en redes sociales generan más confianza. (Fuente: IAB 2021). De lo que no hay duda es de que Lush ha tomado una decisión muy valiente y arriesgada, al haber puesto por delante sus valores al negocio y las personas a los números. Solo el tiempo dirá si esta idea romántica es sostenible a largo plazo y termina con final feliz o se queda en un intento que, se mantenga o no, ya ha sido en mi opinión muy productivo para la marca en cuanto a reforzar sus mensajes principales y su posicionamiento.