“OT 2025”: Cómo Operación Triunfo ha convertido las redes en su escenario más grande
Operación Triunfo: La interacción y la comunidad redefinen el éxito digital Hoy, en el #ObservatorioDigitalOmnicomPr, nuestra compañera Maria Sanz, Digital Client Executive, analiza como OT ha llevado su estrategia digital a otro nivel: el reality ha construido una comunidad que trasciende la televisión. La audiencia opina y viraliza cada momento en tiempo real, siendo esta experiencia participativa el verdadero éxito digital del programa.
Hay realities que buscan audiencia y hay realities que construyen comunidad. Operación Triunfo ha vuelto, y con su regreso también lo ha hecho una nueva forma de entender la conversación digital.
Más que un programa, OT se ha convertido en un ecosistema vivo de contenido, donde cada gala, cada clip de academia, y cada reacción fan en TikTok, alimentan una narrativa que no termina en televisión y se multiplica en redes.
Desde su primera emisión en 2001, el formato ha sabido evolucionar junto a su público. Pero lo que estamos viendo en 2025 va un paso más allá: la audiencia ya no es espectadora, sino coproductora. Los fans comentan en directo en X, crean coreografías en TikTok, editan clips con narrativas propias y viralizan momentos que ni la propia productora podría haber planeado. Lo más potente no es el contenido oficial, sino la conversación que lo rodea.
Un ejemplo claro fue la reciente expulsión en la que Judit y Lucía protagonizaron una de las eliminaciones más ajustadas de la historia del programa: más de 5 millones de votos y un margen de apenas unas décimas. En minutos, las redes se llenaron de peticiones de repesca para Judit, alegando que era clara finalista. Surgieron interminables hilos analizando sus actuaciones y memes que convirtieron un momento televisivo en trending topic.
Pero este fenómeno no nace de cero. La huella digital de OT viene de lejos. Desde ediciones anteriores, los exconcursantes han mantenido viva la conversación en plataformas sociales, extendiendo el relato más allá del plató. Un ejemplo reciente es Iván Rojo, quien ha emergido como el primer gran fenómeno viral de esta edición de OT 2025: cualquier clip suyo, frase o gesto ya se comparte de forma masiva en redes sociales a modo de meme.
La estrategia digital del programa es sencilla, pero eficaz: lo que pasa dentro de la academia se vive fuera las 24 horas del día. Las cámaras y los resúmenes diarios ya no son solo material televisivo: son combustible para el algoritmo. Los fans sienten que descubren cosas antes que nadie, y eso convierte cada gesto espontáneo en contenido potencialmente viral.
Pero lo interesante no es solo el ruido, sino el modelo de engagement. OT no vende un programa, sino una experiencia participativa. Las marcas lo saben: cada semana, productos, playlists o retos patrocinados se integran en la conversación con naturalidad, convirtiendo el fandom en un laboratorio de co-creación.
Actualmente, la cuenta oficial de Operación Triunfo en Instagram supera los 982.000 seguidores, consolidándose como una de las comunidades de entretenimiento más activas de España. Cada edición impulsa exponencialmente la visibilidad de sus concursantes: muchos de ellos alcanzan en pocas semanas cifras que otros artistas tardan años en conseguir.
Además, esta generación de participantes apuesta por TikTok como su plataforma natural, creando rutinas, trends y formatos propios que los acercan a una audiencia igualmente nativa digital. OT no solo les da visibilidad, sino también las herramientas para convertirse en sus propios canales de comunicación y marca personal. De hecho, muchos antiguos concursantes hoy no viven de la música, sino de las redes sociales y la publicidad en ellas.
En 2025, la cultura de masas no se mide en audímetros, sino en interacciones. Y, sobre todo, lo viral no se planifica: se vive. La autenticidad, los nervios previos a la gala, los errores, los romances o los llantos frente a cámara son lo que más conecta, porque en una era de filtros, la emoción sin editar sigue siendo el mejor contenido. Al final, el directo es lo que más engancha.
En un entorno saturado de estrategias y campañas, Operación Triunfo vuelve a recordarnos algo esencial: que el futuro del entretenimiento no está solo en el escenario, sino en el scroll.
Firmado por: Maria Sanz