Cuando ya todos nos habíamos dado por enterados de la llegada de los canales de difusión a Instagram, que tanto éxito han tenido entre los creadores de contenido, llega la noticia: Whatsapp incorpora una nueva función similar, y muy en la línea de la que ya hacía tiempo había incorporado su rival Telegram.
En todos estos casos, se trata de canales unilaterales en los que el personaje público, o la marca, lanza mensajes a su conveniencia al público que decide unirse a ellos.
Ahora, es Whatsapp quien que se sube al carro, dando la posibilidad a creadores, personalidades y empresas de tener su canal de difusión propio en la mensajería instantánea.
Pero vamos a lo que nos interesa, ya que esto abre una nueva vía de monetizar la plataforma. Por un lado, desde Meta, con la posible incorporación de anuncios de la que se hacía eco Financial Times hace unas semanas (y que Meta ha desmentido). Por otro, desde el lado que más nos interesa, a todos aquellos que trabajamos en campañas publicitarias, especialmente en marketing de influencia: las marcas tienen una nueva vía para alcanzar un público al que hasta ahora no había sido posible llegar. Un nuevo mundo se abre a nuestros ojos para lanzar mensajes a personas, quizá no tan familiarizadas con otras redes sociales, pero sí conocedoras (o incluso muy fans) de algunos personajes públicos, celebrities e influencers.
Esta reflexión está basada en la experiencia propia, teniendo en cuenta una campaña en la que hace algunos meses buscábamos alcanzar a un público más mayor de lo habitual entre nuestros briefings: personas de más de 60 años a las que transmitir mensajes de forma real, directa y efectiva. Si algo teníamos en común todos los miembros del equipo implicados en el proyecto, es que manteníamos una opinión unánime: “si hay alguna plataforma que usen a diario nuestros mayores, esa es WhatsApp.”
Más de 2.000 millones de usuarios en todo el mundo, y con el público más diverso de todas las aplicaciones digitales. Sin duda es la app de mensajería por excelencia, y la única que, hasta ahora, Meta todavía no había explotado económicamente (al menos si la comparamos con sus hermanas Instagram y Facebook). Parece que Whatsapp apuesta por su monetización, creando, esta vez sí, negocio, pero ¿a qué coste? ¿considerarán los usuarios intrusiva esta nueva función? ¿perderá la aplicación su esencia basada en las relaciones personales?
Esto solo acaba de empezar. Seguiremos informando.