Nuestro consejero delegado, Higinio Martínez, reflexiona para El Economista sobre cómo las empresas ya no pueden evitar defender las libertades básicas de las democracias liberales, si de verdad quieren ser percibidas como marcas auténticas.
Si se deteriora o menoscaba el actual mundo libre donde poder opinar, comerciar y votar… será poco relevante seguir escribiendo aquí ideas sobre reputación, influencia y publicidad (mis áreas profesionales). Pero aplíquese lo mismo al derecho, finanzas o cualquier actividad cultural o científica. Toda actividad intelectual condicionada por un entorno autoritario, como ya hemos visto en el pasado, pierde su autenticidad para convertirse en un instrumento al servicio del poder.