ECONOMÍA CIRCULAR: Lo que la naturaleza inspira

El actual sistema económico predominantemente lineal (usar-consumir-tirar), comporta un grave impacto sobre el medioambiente que lo convierte en insostenible en el tiempo.

Según el informe España Circular 2030, realizado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, España no es una excepción. Se estima que nuestro país necesita más de dos veces y media su superficie para abastecer las necesidades de nuestra economía. Además de los impactos ambientales que esto comporta, los datos demuestran la ineficiencia del modelo y la dependencia agravada del exterior, que hacen a nuestra economía más vulnerable y menos competitiva.  El deterioro de la huella ecológica a nivel global, y en España en particular, demanda la búsqueda de solucio­nes integrales que implican la participación de todos los actores: sector público, privado, consumidores, etc. Solo con el compromiso de todos será posible abordar de un modo eficaz un problema que no es estrictamente técnico, sino social y de equidad.

 

En una economía circular pensamos en sistemas

La economía circular se postula como una solución a muchos de los retos que se plantean. En una economía circular no existe el concepto de residuo, al igual que en la naturaleza, cuando un producto llega al final de su vida útil se convierte en nutriente de otro. Los materiales y productos se encuentran durante el mayor tiempo posible en su valor más elevado y todo el sistema se alimenta de energía renovable.

El diseño también forma parte muy importante en la economía circular y buen ejemplo de ello es la certificación Cradle to Cradle, que garantiza el diseño y fabricación de productos sanos, circulares y responsables.   Su origen lo encontramos en el libro Cradle to Cradle: rediseñando la forma en que hacemos las cosas donde Michael Braungart y Willian McDonough proponen a la industria utilizar las energías limpias y renovables, convertir los residuos en materias primas  y fomentar productos con un diseño adaptado a las características biológicas, sociales y culturales de los lugares a donde van destinados. 

Otras empresas tienen iniciativas propias que han ido creciendo, como Decathlon, que realiza acciones de voluntariado ambiental en espacios naturales e invita a diferentes grupos, como colegios y ayuntamientos a unirse, con el objetivo de concienciar y educar para que las generaciones futuras puedan seguir disfrutando del terreno de juego favorito del deporte: la naturaleza.

Lo que para una empresa es un residuo, es materia prima para otra. Bajo esta premisa se han iniciado muchos proyectos que buscan reducir al máximo sus residuos como es el caso del grupo  Ambar que unió fuerzas con Panishop  para crear un nuevo pan utilizando bagazo cervecero, un subproducto resultado del proceso de maceración y filtrado del mosto en la elaboración de cerveza, obtenido tras la sacarificación del grano de cereal malteado. También es el caso de Solteco, que produce madera plástica tomando como materia prima plásticos no reciclables o de rechazo cuyo destino es la incineración para fabricar mobiliario urbano de larga duración.

Otro ejemplo en economía circular es Construcía, empresa pionera en construcción circular, que firma el desarrollo de  Bio-Edificio Gonsi Sócrates, el primer edificio de construcción circular en España.

 

Hoja de ruta legislativa: las empresas deben estar preparadas para asumir nuevas exigencias

El futuro está marcado por la Economía Circular y nuestros reguladores lo saben. Por eso, las empresas deben actuar y estar preparadas teniendo siempre en cuenta todas iniciativas legislativas, tanto actuales como futuras, a nivel autonómico, nacional o europeo, que impulsan la transición de la economía hacia un modelo circular y que impactan directamente en su negocio.

En España, un caso muy claro es la Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una economía circular, aprobada en abril, y el Real Decreto de envases y residuos de envases, aprobado a finales de año, que refuerzan la Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP). Asimismo, a nivel europeo destaca el Pacto Verde Europeo, hoja de ruta europea para la producción circular, y uno de sus principales componentes: el Plan de Acción de Economía Circular para una Europa más limpia y competitiva (2020-2025).


El gran reto: hacia la transformación de empresas consolidadas

La economía circular está en el ADN de las nuevas empresas, pero uno de los mayores retos como sociedad es que las grandes empresas integren la economía circular dentro de sus sistemas. Por esta razón, es importante analizar el negocio y plantear un plan de acción a corto, medio y largo plazo para ir incorporando soluciones circulares que permitan cambiar los complejos sistemas de producción existentes. La comunicación honesta, clara, efectiva y accesible, tanto internamente como hacia el exterior debe acompañar a la empresa en este proceso transformador.


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