Las ciudades tienen la oportunidad de canalizar los recursos y esfuerzos de diferentes actores y de implantar iniciativas que pueden mover a la transformación sostenible: la gestión del agua, energía, residuos, vivienda, movilidad o desafíos sociales y también la responsabilidad de concienciar de que ese cambio es posible, incorporando mensajes y fomentando acciones que ayuden a promover un cambio de mentalidad colectivo, en colaboración con otras instituciones y empresas, como la única forma de avanzar hacia un mundo que será sostenible o no será.