Empresas, instituciones y chefs contra el desperdicio alimentario

Esperamos que hayáis empezado el año fenomenal. Nosotros empezamos el 2023, justo después de los atracones navideños, con un tema con un fuerte componente ético, pero también social y medioambiental: el desperdicio alimentario.

A nivel mundial, se desperdician o pierden alrededor de un tercio de los alimentos que se producen, y sólo por parte de los españoles en 2021 más de 1.245 millones de Kg de alimentos acabaron en la basura sin consumir, incluyendo lo que se desperdicia dentro y fuera del hogar. Además del grave problema ético y social que supone, el desperdicio alimentario es el responsable de entre el 8 % y el 10 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, y un gran reto para instituciones, empresas y consumidores. 

Está a punto de entrar en vigor la ley la Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que establece que todos los agentes de la cadena alimentaria tienen la obligación de disponer de un plan de prevención de las pérdidas y el desperdicio. Y también vemos como tanto desde el ámbito público como privado se impulsan campañas de concienciación, como la ya recurrente de #alimentodsdeespaña ‘Aquí no se tira nada. Alimentos con 7 vidas’, que en esta edición ha contado con los chefs con estrella Michelin Andoni Luis Aduriz, Carlos Maldonado y María José San Román.  

Y no son los únicos, grandes figuras de la cocina internacional han abanderado esta causa con proyectos más ambiciosos, como Daniel Humm (3 estrellas Michelin en su restaurante de Nueva York), impulsor de Rethink Food, una organización que pretende cerrar el gap entre la comida que se tira y las personas que se enfrentan a la inseguridad alimentaria en EEUU; o Massimo Bottura (3 estrellas Michelín en su Osteria Francescana de Módena), embajador de Naciones Unidas contra el desperdicio alimentario con su Fundación Food for Soul y su particular versión de los comedores sociales de alta cocina que, además de evitar que los alimentos acaben en la basura, trata de “devolver la dignidad a las personas”.

En el mundo empresarial la danesa Too Good to Go, que no ha parado de crecer desde su llegada a España en 2018, lidera la lucha contra el desperdicio alimentario con iniciativas como Waste Warriors, que une a grandes empresas del sector como BimboDanone o Carrefour comprometidas con esta causa a través de acciones directas, formación y concienciación.

Y no podemos dejar de mencionar otras iniciativas que no solo luchan contra el desperdicio alimentario, sino que ya nacen desde el mismo concepto de la sostenibilidad global, como la Fundació Espigoladors, una organización sin ánimo de lucro que actúa sobre tres necesidades sociales a la vez y las conecta: aprovechamiento alimentario, alimentación saludable y oportunidades de trabajo para colectivos en situación de riesgo de exclusión social. Su marca de conservas vegetales Im-perfect elabora patés vegetales, mermeladas y salsas con frutas y verduras de proximidad descartadas del circuito comercial por ser imperfectas, por caídas de precio o por excedentes de producción.

Todos, desde el ámbito regulatorio e institucional hasta el de las empresas o el personal, podemos reforzar nuestro compromiso y actuar sobre el desperdicio alimentario para conseguir los objetivos de la Agenda 2030 dentro del ODS 12: Garantizar unas modalidades de consumo y producción sostenibles, de reducir a la mitad el desperdicio per cápita de alimentos para dentro de 10 años.

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