El reciclaje fue el primer hábito ambiental que se afianzó en nuestras casas y en nuestras vidas y, hoy en día, se ha convertido en el más extendido en España. Cuatro de cada cinco ciudadanos (83%) ya declara tener, de media, tres cubos o espacios para separar residuos en su domicilio, según Ecoembes.
De un tiempo a esta parte sabemos que reciclar no es suficiente, sino que es la pieza que cierra un círculo que comienza con reducir el consumo, reparar y reutilizar todo lo posible. Así que ese concepto, que marcaba el grado de conciencia medioambiental de las personas -tanto reciclas, tan sensibilizado estás con el medio ambiente- se ha ido convirtiendo, afortunadamente, en un hábito y ha sido sustituido en el discurso general por otros objetivos más ambiciosos y amplios como la economía circular o la sostenibilidad, sin dejar de ser un eje fundamental. El reciclaje ha ido además enlazando con otros aspectos que
permiten mejorar ese círculo en el que los residuos se convierten en recursos, por ejemplo, con el ecodiseño, que supone incorporar esa mentalidad
desde el nacimiento de un producto.
En todo ese proceso, las compañías se han ido adaptando para ajustarse al nuevo modelo e integrando el reciclaje en diferentes puntos del proceso. En el caso de Decathlon, desde 2007 ha ido impulsando el ecodiseño con materiales reciclados y renovables, en 2018 llegó al producto ecodiseñado número 3.000 y, a partir de 2021, el 100% de los nuevos productos ya son ecoconcebidos, con el compromiso de que, en 2026, lo sean el 100% de los productos que ofrecen en sus tiendas.
Con motivo del Día Mundial del reciclaje, que se celebra esta semana, muchas son las organizaciones y marcas que ponen marcha campañas para impulsar el reciclaje. Nosotros hemos querido cerrar el círculo y destacar aquí tres iniciativas para reciclar, pero también para reducir y reutilizar: