Pacto Verde Europeo: de la ambición a la práctica

Molinillos

Hace unas semanas celebramos un #Omnitalks con dos invitados muy especiales: Máximo Miccinilli, director del área de Energía y Clima de la oficina de FleishmanHillard en Bruselas y coordinador de la red europea de Omnicom de Energía y Clima; y Manuel Sánchez, senior advisor de Energía y Clima en FleishmanHillard Europe y OmnicomPRGroup España, donde reflexionamos sobre los retos de la política y regulación europea de Energía y Clima y sus potenciales impactos en la economía y empresas españolas. 

Análisis del Pacto Verde Europeo. Claves que han definido estos 4 años 

Todo el mundo a día de hoy ha oído hablar sobre el Pacto Verde europeo, concebido antes de las elecciones europeas de 2019, con el objetivo de convertir a Europa en el primer continente en alcanzar la neutralidad climática e influenciar al resto del mundo en esa materia. Cabe recordar que fue un pacto entre una presidenta de centro-derecha, Ursula von der Leyen, apoyada por socialistas, liberales y verdes en el Parlamento Europeo como Merkel y Macron. Un contexto inédito en la historia de las instituciones.

El Pacto Verde no solo buscaba ejercer una transformación sistémica para electrificar el tejido industrial, sino también el fomento de un proyecto de descarbonización de todos los sistemas de producción, a excepción de la agricultura. Tras ello, nació el paquete de medidas Fit for 55, proyectando un modelo regulatorio tan ambicioso que los expertos aseguran que durante los próximos seis años los Estados miembros deberán aplicar mayores esfuerzos que en los veinte anteriores. En este momento no solo nos encontramos ante un desafío climático, sino también ante un pulso a la credibilidad y coherencia de la Unión Europea en el panorama internacional.

 

No obstante, la estrategia fue aprobada en un contexto muy diferente al actual, sin tener en cuenta la llegada de una pandemia mundial o el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, que alteraron las dinámicas del mercado energético. Por primera vez, la energía y el cambio climático tenían que impactar en todas las actividades económicas de la Unión y dejaba de ser un nicho que afectara a las eléctricas, el mundo del gas y los consumidores industriales. 

2024: año electoral en la UE. ¿Qué novedades nos podemos encontrar en gobernanza de la propia UE y en las políticas de sostenibilidad?

En 2024 continuará siendo necesaria la adopción de esfuerzos y políticas públicas adicionales capaces de paliar aquellos inconvenientes que podrían dificultar la inversión en energías renovables. Se han identificado varias actuaciones fundamentales relacionadas con la inversión en redes e infraestructuras eléctricas (la UE ha anunciado un Plan de acción de 584 mil millones de euros en inversiones para las redes eléctricas de aquí a 2030); la aplicación efectiva del mecanismo de ajuste de carbono en frontera (CBAM); la promoción del hidrógeno renovable o la fiscalidad de la energía.

Como principales novedades en las políticas de sostenibilidad europeas, se puede esperar una mayor inversión en tecnologías limpias para cumplir con los objetivos definidos y los planes de energía y clima nacionales. Además, se prevé un fortalecimiento de las políticas de economía circular; y la definición del listado que prepara la Comisión con aquellos sectores e industrias estratégicas será esencial para la consecución de los objetivos propios de cada país.

En este punto, frente a un contexto marcado por la celebración de elecciones europeas a mediados del próximo año, donde von der Leyen se verá obligada a convivir en un entorno más fragmentado y adverso, la Comisión Europea parece haber adoptado una posición de refuerzo a las medidas y objetivos proyectados. Asimismo, los Estados miembros tendrán que afrontar durante los próximos dos años a la implementación de un tsunami regulatorio (más de 70 actos legislativos en los próximos 20 meses), con más dudas que certidumbres.   

La política energética de España en la pasada legislatura: ¿ha tenido el impacto necesario en la economía?

La actividad ejercida por Teresa Ribera en la negociación y reforma de las políticas energéticas no ha pasado desapercibida en Bruselas. A pesar de las fricciones generadas con la Comisión por el reconocimiento de la excepcionalidad ibérica, España supo imponerse y sacar rédito de la inactividad política de otros países.

En el plano nacional, las políticas energéticas se centraron en fortalecer la transición hacia un modelo energético más sostenible y la promoción de las energías renovables; buenos ejemplos de ello fueron la eliminación del impuesto al sol, la implementación de subastas de renovables y la revisión de la normativa del autoconsumo. El debate sobre la posible extensión de la contribución solidaria en España ha generado polémicas en Europa y será un tema que se mantendrá en el próximo gobierno de coalición.

Algunas propuestas al nuevo gobierno español y a los sectores para que las cosas mejoren en España

Los expertos han planteado ciertas medidas para mejorar las políticas energéticas en España: 

Finalmente, aunque ha habido un pulso por el control de las competencias regulatorias en materia energética, ahora en poder de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), los expertos señalan que reinstaurar la Comisión Nacional de la Energía (CNE) como regulador de los mercados energéticos no es una demanda actual del sector ni de los mercados, ni viene justificada en el texto del acuerdo PSOE-Sumar, por lo que habrá que prestarle atención a este asunto durante el primer año del nuevo gobierno. 

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